ADIÓS A PEDRO NAVASCUÉS

Por Miguel Taín Guzmán

Pedro José de Navascués y de Palacio, catedrático de Historia de la Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y discípulo del recordado Fernando Chueca Goitia, ha fallecido en Madrid el pasado día 5 de septiembre de 2022, perdiendo España uno de los mejores historiadores de su arquitectura.

Miembro del Instituto de Estudios Madrileños, de la Hispanic Society of America y de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, compaginó su docencia universitaria con la investigación de la arquitectura española, especialmente la del siglo XIX (Arquitectura española: 1808-1914, Madrid: Espasa-Calpe, 1993).

Su prolífica capacidad de trabajo se demuestra en que es el autor de nada menos que 62 artículos de revistas, 67 colaboraciones en obras colectivas y 35 libros; así como coordinador de 12 volúmenes y director de 23 tesis doctorales (según Dialnet). Todos recordamos sus trabajos en las últimas décadas del siglo pasado sobre las sillerías de coro catedralicias españolas. También su denuncia pública del desastre que suponía para el patrimonio histórico nacional que más de treinta de las ochenta y dos catedrales de nuestro país las hubieran hecho desaparecer para siempre, depositándolas en almacenes cerrados indefinidamente o, en el mejor de los casos, siendo desplazadas a museos u otros lugares para su exhibición (Teoría del coro en las catedrales españolas, Lunwerg, 1998).

Conocí a Navascués con motivo de la defensa de mi tesis doctoral en la Universidad de Santiago de Compostela en el año 1997. Fue el presidente del tribunal que la juzgó, constituido por las figuras más señeras de la historia de la arquitectura de este país, afortunadamente varias de ellas todavía en activo: Alfredo Vigo, Joaquín Bérchez, Virginia Tovar y Alfredo Morales. Una generación espléndida de grandes investigadores que nos marcó el camino para disfrutar del estudio y divulgación del patrimonio arquitectónico español.

La huella del trabajo de Navascués y el carisma de su persona permanecerán para siempre en todos nosotros.